lunes, 28 de febrero de 2011

Adicto al jaque mate.

¿Ves eso? Ese es el punto que hay que alcanzar. Entrar, si me apetece entrar y sino: “Tenga aquí su cambio y putas gracias”. Si te sirve, yo no soy de rendirme, por eso que pasen 30 noches antes de mañana y otras tantas para el hasta luego. Suele pasar, a las chicas tontas les gustan los golpes duros. Un amor ridículo, inconveniente y arrollador, pero ¿y qué?. Verás, soy jodidamente imperfecta, insoportablemente inaguantable y, por si fuera poco, me quejo por vicio. Sobrevivo como puedo o como sé, pasito a pasito, sola y a mis anchas. No tengo nada planeado, no sé si giraré a la derecha o si me meteré en el primer portal abierto que encuentre, pero por lo menos, para bien o para mal, avanzo. Seguramente me pillará la lluvia sin paraguas. Seguramente me volveré a tropezar con el mismo escalón de todos los días y casi seguro que cambiaré de opinión 20 veces antes de decidirme. Pero, al menos, seguro que no se me olvida tu cumpleaños. Y ya ves, mi estrategia es que un día, no sé cómo ni con qué pretexto, por fin me necesites.


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