viernes, 11 de febrero de 2011
Que no te olvidaría ni con mil kilos de amnesia.
Mis sentidos siguen intactos o eso quiero creer. Mi nombre dejó de ser un misterio para tu boca. De acuerdo que quizá, me haya dejado la piel llegando hasta ti; me haya dejado la voz, las lágrimas, y cientos de caricias que me regalaban por mi cara bonita. Y quiero creer que todo este camino, ha valido la pena y que aunque haya pasado todo eso, mis sentidos siguen intactos. Sigo siendo capaz de sentirme a mí misma. Me sube por el cuello un escalofrío cuando pienso que llevo dos días sin verte, sólo dos días y ya tengo miedo de volverme loca. He aprendido a andar sobre la marcha, a entenderte cuando cualquiera no lo haría. A tampoco poner condiciones, y que vengas y te vayas sin porqués, una y otra vez. No puedo quejarme, no me has prometido nada nunca. Que vengan los besos y lo que nadie se atreve a decir, que venga el silencio en mi playa vacía, los domingos a las 10 y hasta mis ganas de verte un rato, sin querer acostumbrarme.
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