miércoles, 15 de enero de 2014

Hay días en los que la vida te parece una soberana mierda y no sabeis hasta que punto puede llegar a deshaogarnos escribir. Ni más, ni menos. Que hago ésto, ¿para qué? Que hago lo otro, ¿pero por qué?
Y cuantos más motivos buscas, más te cuestionas todo. Y a la única conclusión que llegas es a esa: la vida es una mierda del tamaño de una catedral.
Entonces es cuando los placeres te parecen los más básicos: dormir, comer, que te de el sol y que te de la sombra. 
Por qué nacemos. Para qué. Un ciclo estúpido de vida y muerte que para que funcione sin que acabemos matándonos unos a otros tenemos que complicarlo más y más. Es que ni animales. Ojalá fuéramos animales.
Mierda, mierda y más mierda.
Lucha de poderes, sin líder no sobrevivimos, venga democracia, vamos a seguir matándonos igualmente. Estudia para que no te engañen esos de lpoder, ahora trabaja para mantener a esos del poder, porque por mucho que sepas, al menos con un trabajo y un amor incondicional tu vida deja de ser un sinsentido vacío. Y claro, te conformas o sigues pataleando en busca de algo que te llene y no te acabe haciendo vomitar.
Total, una mierda.
Un privilegio que es privilegio porque otro no lo tiene. Qué absurdo. Todos estamos igual de solos.

domingo, 12 de enero de 2014

PLANES.

Tengo 27 planes para tí, pero de momento solo te voy a contar los 13 primeros.

Mi plan A era acercarme a ti,
robarte el mediodía con miradas,
dejar que me digas que en esa curva te vas a subir a matarte,
porque dices que tu muerte es mi sonrisa
sin haber conocido el precipicio de tu clavícula.

Mi plan B era besarte,
beberme el intento de no enamorarme de ti
si vuelves a cortar el aire con tu sonrisa.

Mi plan C era coserte a mi costado,
comerme mis dudas en tus costillas,
contarte que la vida es una hostia
y que tu me devuelves a tu realidad con una dosis de sueños.

Mi plan D consistía en decirte que siento si necesito meter inyecciones de realidad
pero esque te tengo tanto miedo,
que pensarte se ha convertido, a veces,
en la película de terror en la que me tapo los ojos y dejo que se vea la vida a través de mis dedos.


(Que te tengo que mirar entre líneas, 
porque sin obstáculos no me atrevo)


Mi plan E es esperarte
aunque la mitad de mí se acojone entre tus brazos.
Espérame, que los 'ven' son de cobardes
y yo ya estoy llendo.

Mi plan F es follarte el corazón de tal manera
que crea que las primeras veces no duele,
no sangras.
Que creas que después de todo,
va a quedar alguien abrazado a tu espalda.

Mi plan G es ganarte la guerra
de todas las veces que no me has dicho que te deje en paz.

Mi plan H es herirte,
abrirte de lado a lado y colarme en tu pecho,
que sientas que tus latidos son los besos que se corren por tus venas.

Mi plan I es imaginarnos las veces que no te tenga,
las noches en las que solo tengo de tí tus 'buenos días pequeña'.

Mi plan J es jodernos a partes iguales,
creernos las excepciones y dolernos las mitades.

No tengo plan K, pero el plan L se trata de lamerte las heridas que un día te hizo vivir allí,
limpiarte las derrotas porque veo que nuestras victorias se miden en lenguas.

Mi plan M, eres tú.
Comenzar a.
Comenzarte.
Seguirte,
acercarte,
besarte,
coserte,
decirte,
esperarte,
follarte,
ganarte,
herirte,
imaginarte,
joderte,
lamerte

para después

matarte
y morirme yo despues.

Esto es una parte de todos mis planes.
Ahora voy a salir a buscarte
y voy a comenzar por el plan B
(que el primero siempre falla)

Y tú... tú empieza por el E
y espérame.